domingo, 11 de abril de 2021

EL DEVASTADOR PODER DE LA ESTUPIDEZ HUMANA

 


Seguramente en nuestras vidas, con frecuencia, “con una monotonía incesante, vemos como entorpecen y obstaculizan nuestra actividad individuos obstinadamente estúpidos, que aparecen de improviso e inesperadamente en los lugares y en los momentos inoportunos”.

¿Cuántas veces hemos sufrido o hemos observado, con impotencia y desesperación el poder destructivo de estas personas?

Carlo M. Cipolla, uno de los historiadores de la economía más prestigiosos internacionalmente del siglo XX, se hizo mundialmente famoso por un ensayo satírico sobre esta cuestión titulado “Las leyes fundamentales de la estupidez humana”.  Esto resulta paradójico, parece incluso estúpido, pero si leemos el ensayo y analizamos su éxito y repercusiones, quizás pensemos que no lo es, porque usando el humor,  Cipolla acertó de pleno en definir la estupidez humana como uno de los mayores males de la humanidad -en todo tiempo y en todo lugar-, mediante sus cinco leyes:

Primera. Siempre e inevitablemente cada uno de nosotros subestima el número de individuos estúpidos que circulan  por el mundo.

Segunda. La probabilidad de que una persona determinada sea estúpida es independiente de cualquier otra característica de la misma persona.

Tercera. Una persona estúpida es aquella que causa un daño a otra o un grupo de personas sin obtener, al mismo tiempo, un provecho para sí, o incluso obteniendo un perjuicio.

Cuarta. Las personas no estúpidas subestiman siempre el poder nocivo de las personas estúpidas. Los no estúpidos, en especial, olvidan constantemente que en cualquier momento y lugar, y en cualquier circunstancia, tratar y/o asociarse con individuos estúpidos se manifiesta infaliblemente como un costosísimo error.

Quinta. La persona estúpida es el tipo de persona más peligrosa que existe.

Corolario: El estúpido es más peligroso que el malvado.

Se ha calificado este pequeño tratado como de “filosofía satírica”, en la que puede encuadrarse, por ejemplo, el humorístico y certero ensayo de Schopenhauer “El arte de tener razón”. 

También se ha señalado su inspiración en la filosofía utilitarista de Jeremy Bentham (siglo XVIII) según la cual la mejor acción es la que produce la mayor felicidad y bienestar para el mayor número de individuos involucrados y maximiza la utilidad. Otro filósofo que desarrolló este concepto, en el siglo siguiente, fue John Stuart Mill, en su libro El utilitarismo. Este autor parte de que todo ser humano actúa siempre —sea a nivel individual, colectivo, privado, público, como en la legislación política— según el principio de la mayor felicidad, en vistas al beneficio de la mayor cantidad de individuos.

Cipolla, en el ensayo citado, contradice precisamente esto último. Hay un tipo de persona que hace todo lo contrario: el estúpido.

Igualmente parece inspirarse nuestro autor en la  “teoría de juegos”, un área de la matemática aplicada, utilizada en muchos campos científicos, especialmente en el de la economía, y que ha contribuido a comprender más adecuadamente la conducta humana frente a la toma de decisiones. 

Cipolla publicó el ensayo citado en el libro “Allegro ma non troppo”,  junto a otro -también burlón- sobre el papel de las especias en el desarrollo económico de la Edad Media. En éste hace una parodia de la metodología del ridículo, donde se burla de ciertos estudios de historia económicos, utilizando fórmulas cliométricas[1] deliciosamente absurdas para llegar a las más estrafalarias relaciones de causa a efecto.

En la introducción a ese libro, hace una defensa del beneficio individual y social que produce el humorismo, contrapuesto a la ironía –que genera tensiones y conflictos-y termina con la siguiente frase:

“Espero que al leer estas páginas no acaben convenciéndose de que el estúpido soy yo”

Porque, como nos advertirá en su ensayo sobre la estupidez, de las cuatro categorías de personas que define y utiliza en su análisis: incautos, inteligentes, malvados y estúpidos, solo éstos no son conscientes de que lo son.

En la tercera ley, hemos visto la definición de la persona estúpida. Inmediatamente antes de llegar a ella, define las otras tres categorías de personas:

Incauta: la que de su acción obtiene una pérdida al tiempo que procura un beneficio a otra u otras.

Inteligente: la que de su acción obtiene un beneficio para sí y para la otra u otras personas.

Malvada: la que de su acción obtiene beneficio propio procurando perjuicio a la otra u otras personas.

Entre esas cuatro categorías caben una variedad de intermedias. Por otro lado, las definiciones no se refieren tanto a la cualidad de la persona como a la de sus acciones. Es la frecuencia máxima y dominante de una de ellas la que definen a una persona como tal. Una persona con un comportamiento habitualmente inteligente puede cometer ocasionalmente acciones estúpidas.

Finalmente, nos invita Cipolla, a situar en una de las gráficas de distribución de frecuencia, según esas definiciones,  las acciones de personas o grupos con los que normalmente nos relacionamos, para valorarlos y adoptar, en consecuencia, una línea de acción  racional.

Y con ello, sin decirlo, nos enfrenta a hacer igualmente con nosotros mismos:

¿En qué categoría de persona nos incluimos?

O mejor: ¿En qué categoría incluimos nuestras acciones concretas?

Analizarla desde el enfoque económico y humorístico de Cipolla, nos puede ayudar en la toma de decisiones de nuestras vidas.

 

Concha San Martín

 

Algunos enlaces con artículos sobre el tema:

https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2019-01-07/leyes-estupidez-humana-carlo-maria-cipolla_1737958/

https://elpais.com/elpais/2017/11/05/eps/1509836737_150983.html

http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0121-16172004000200010

https://gonzalezserna.wordpress.com/2015/02/04/shakespeare-y-la-estupidez-segun-el-modelo-de-cipolla/

https://elpais.com/diario/2000/09/28/opinion/970092007_850215.html



[1] Cliometría : metodología de análisis de la Historia económica empleando la teoría económica, la estadística y la econometría

miércoles, 17 de marzo de 2021

¿Qué hay en el ser humano digno de permanecer y salvarse de la acción corrosiva del tiempo?

 

Javier Goma Lanzón en su precioso libro ( La imagen de tu vida), nos apunta que hay dos modalidades de perduración humana, la obra artística y la imagen de una vida.

El libro es corto, de fácil lectura y creo que muy interesante. Para quien no tenga la oportunidad de leerlo, intentaré extraer lo más esencial, aunque necesariamente se perderán en el camino gran parte de los matices y reflexiones que tan importantes son en nuestros debates.

 Los hombres somos mortales, la mortalidad nos es esencial. El vivir humano es siempre un vivir en peligro, bajo la amenaza de extinción, y de la conciencia de este peligro brotan los bienes que nos son propios: el amor, la amistad, el arte, la sociabilidad, la compasión, los derechos, la ciencia, la filosofía o la esperanza religiosa.

Pero; y al final qué, qué esperamos, qué perdurará. Lo decisivo no es tanto qué perdura como si es digno de perdurar. Y lo que en este mundo merece perdurar es la “perfección”, lo juzgado mejor de cada género y más perfecto. La vida y la obra bien hecha.

La ejemplaridad de una persona, gestada lentamente mientras vivía, se ilumina tras la muerte en la imagen que deja en la conciencia de los demás; allí se hace definitiva. El destino que nos hurta maliciosamente los bienes que dan la felicidad, no puede expropiarnos el derecho a vivir nuestra vida con ejemplaridad y, tras nuestra muerte, legar una imagen luminosa digna de perduración en la memoria de los demás.

La responsabilidad por la continuada influencia civilizadora del propio ejemplo sobre los otros no se limita a los soleados días de nuestra vida sino que alcanza a las profundidades de la tumba.

La luminosidad que emana una ejemplaridad póstuma es designada en nuestra tradición cultural con el término “ gloria” reservada a muy pocas personas a lo largo de la historia y, cada época desde la antigüedad al romanticismo ha valorado y ensalzado solo determinados valores como dignos de perdurar.

El presente estadio de la cultura, caracterizado por la igualdad democrática, nos abre los ojos a la evidencia de que cualquier persona que pase por este mundo, cualquiera que en este mundo vive y envejece, poseedor de una dignidad de origen pero abocado dramáticamente a la indignidad de la muerte, solo por eso ya comparte un destino sublime, merecedor de gloria duradera.

En consecuencia todos los seres humanos están llamados por igual a entregar a la posteridad una imagen digna de perduración y así hacerse merecedores de gloria, con independencia de que a la memoria colectiva solo le sea posible retener a un número reducido y solo levante monumentos a aquellos ejemplos de mayor publicidad.

La vida humana no es esa fuente exuberante y casi infinita de posibilidades existenciales que un día imaginó el romanticismo. El mundo real ofrece un surtido pautado de opciones vitales. El camino de la vida atraviesa etapas que enmarcan las experiencias humanas posibles en ella: amor, dolor, anhelo, felicidad, decepción, gozo, éxito, fracaso. La combinación de estos ingredientes bajo una forma estrictamente individual da como resultado esa visión de conjunto que llamamos la imagen de una vida. Esta imagen responde a  la pregunta de qué clase de persona, en general, es o ha sido. La pregunta, formulada en términos tan generales, busca captar la unidad que sintetiza esa imagen; imagen que no se completa definitivamente hasta la muerte de dicha persona porque la imagen de la vida es la esencia general y definitiva que solo póstumamente  se deja conocer en plenitud. Y es por eso que el auténtico conocimiento, la aprehensión  de su verdad depende de la pervivencia de su recuerdo.

 Concha Gª Arévalo

lunes, 12 de octubre de 2020

EL MIEDO. TERTULIA CANCELADA POR LA PANDEMIA DE COVID-19

  EL MIEDO: "Nuestro miedo" el 4 de noviembre de 2020, en Mairena del Aljarafe.

    Si un rasgo singular tiene “nuestro miedo” (en la Comunidad de Mairena del Aljarafe; sinécdoque o metonimia: la parte por el todo) es la aparición de la conciencia de VULNERABILIDAD DEL INDIVIDUO.

Adormecida y apagada en esta generación por los avances tecnológicos y de investigación en los campos de la salud: conocimientos, prevención y tratamientos; conquistas en la protección y defensa ante los cataclismos y amenazas naturales; ausencia de guerras y de conflictos bélicos que nos atañan directamente...

Vivimos en una sociedad de progresión en el confort y en la esperanza de vida, que nos lleva a la sociedad occidental a una sensación de omnipotencia y de confianza de salir indemne ante todo daño venidero.

 

  Una amenaza letal y que subvierte la cotidianidad y que permanece en el tiempo (“el virus ha llegado para quedarse”) genera un desasosiego incisivo y permanente que requerirá tiempo y armas comportamentales, sociales y estructurales para que la comunidad se adapte a una convivencia normalizada.

Una amenaza inasible e invisible que acrecienta la angustia por la no concreción del “enemigo”. Solo materializada en las consecuencias de sus efectos: la enfermedad, el deterioro o la muerte. Invisibilidad que potencia la discriminación existente de su efecto letal entre los individuos: adultos/ancianos y los adolescentes/jóvenes. Ante lo inmaterial del enemigo el individuo joven tiende a negar su efecto por el narcisismo omnipotente, convirtiéndose en portador y correa de propagación de los contagios.

 

La causa:

  Causas del miedo por tanto no son otras que la reacción defensiva del individuo ante una amenaza real y/o  permanente, de sufrir daño potencial, propio o de tus allegados. La racionalidad, la memoria, la inteligencia… las convicciones, la cultura, el pensamiento mágico (fe, creencias, religión)… las conductas instintivas, las peculiaridades fisiológicas de respuesta, los comportamientos aprendidos, las experiencias biográficas… son  factores que interactúan para adoptar comportamientos de prevención, de huida, o defensa, tanto en humanos en como en animales, salvando las distancias por la capacidad de análisis racional (a veces sorprendente en estos últimos por la adaptación a situaciones novedosas) .


Medidas para afrontar el miedo:

 

-Los adultos. Constituyen una legión de cumplimentadores de normas. Además integran la población más vulnerable por las características de la enfermedad.

-Los jóvenes. Al ser un enemigo invisible no introyectan la angustia. Tiene que suceder acontecimientos traumáticos en su entorno para que tomen conciencia. Para lo bueno y para lo malo, la juventud es omnipotente y sin miedo. Por eso los ejércitos se conforman con jóvenes para la lucha. Este es el motivo de su conducta en esta pandemia.

-Las estrategias claras y definidas, aunque sean erróneas o ineficaces, pero únicas, contribuyen a la tranquilidad y al sosiego de la Comunidad.

-La información permanente en “tiempo real”. No utilizar técnicas paternalistas de comunicación, o con fines espurios de ganancias varias. Permite utilizar los recursos personales de control y de fortaleza del propio Yo ante el nivel de amenaza de un  enemigo "real". La confusión, la distorsión de la información, la mentira, extiende más el ámbito de la sensación de la angustia hacia lo desconocido, creando un enemigo imaginario más amenazante y peligroso . La reacción que se consigue es la opuesta a la que se pretende alcanzar: controlar el miedo y no  favorecer conductas de rebeldía y de agresividad de masas.

-Combatir las atribuciones inquisitoriales de colectivos o individuos. Interviniendo con autoridad el responsable de la gobernanza, con prestigio y ascendencia (autoritas) en el imaginario colectivo. Conductas que han tenido lugar en ciudades, pueblos, y en  bloques de pisos… esta vez no se ha arremetido contra los judíos pero sí contra los inmigrantes.

-Neutralizando las energías de descarga irracional y encauzándolas en actividades de colaboración y de responsabilización en el entorno inmediato de su medio social y laboral.

-La concertación del juego de los partidos políticos en un objetivo único y prioritario para dejar fuera las propuestas políticas de los extremismos que canalizan la angustia colectiva.

-Corresponsabilización de toda la Comunidad en las normas dictadas.

-Concienciación del individuo como Ser en la transitoriedad de la vida, la evidencia de nuestra fragilidad y lo inexorable de la muerte sin paraísos.

La religiones, las ideologías, los fanatismos, en nada contribuyen a la postura defensiva de la colectividad ante una pandemia. Solo consiguen un alivio individualizado y transitorio perjudicial y opuesto al objetivo científico con los conocimientos actuales para la erradicación del agente agresor.

Todas las normas, consejos y conductas serán las avalados y recomendadas por la máxima aquiescencia de los expertos.

 


10 de Octubre de 2020                                             

 

 Zoilo Fernández 

Psiquiatra y Psicoanalista


sábado, 26 de septiembre de 2020

CORRECCIÓN POLÍTICA, ¿NUEVA FORMA DE CENSURA?

 El documento que os remitimos necesita de una justificación, que nos viene dada por el hecho inquietante de que la denominada “corrección política”, término empleado para evitar el lenguaje o el comportamiento que puede verse como excluyente, marginador o insultante de grupos considerados desfavorecidos o discriminados, -especialmente grupos definidos por género o etnia-, ha llegado a alcanzar tales proporciones que hoy día lleva camino de convertirse, en opinión de muchos, en una nueva forma de censura que amenaza la libre expresión. Ello nos inquieta, claro, y por eso hemos considerado que el grupo debía ocuparse del tema con el ánimo de que todos sus integrantes pudieran pronunciarse sobre el alcance del fenómeno. Dicho texto nos ha llegado a través de la revista digital “Nueva revista de política, cultura y arte” en un número monográfico dedicado a “El poder y la palabra”. Y dentro de él, a la entrevista realizada a Darío Villanueva, catedrático de Literatura y Literatura Comparada y Director de la Real Academia entre 2014 y 2019. Creemos que los temas tratados y la brillantez de su exposición justifican sobradamente  que nos ocupemos del asunto. 

Acceso a "Nueva Revista"

Pepe Raya

jueves, 12 de marzo de 2020

La ética de la crueldad


Convivimos con la crueldad.
Toda la historia de la humanidad desde los inicios, es una historia de la crueldad y para sublimar esa terrible realidad prácticamente todas las culturas han inventado rituales que reproducen o representan actos crueles. Convivimos con la crueldad para librarnos de ella.
Y en el arte y la literatura existe una tradición de la crueldad que, según el autor del ensayo (José Ovejero, La ética de la crueldad), se manifiesta especialmente en España.
Pensemos en el arte religioso o en espectáculos como los toros, etc.
Por supuesto, existen dos niveles de crueldad: La crueldad aplicada a un ser vivo y la representación de esa crueldad (el acto en sí y su comentario) aunque hay ocasiones en las que confluyen (la corrida, algunas performances en las que se inflige un daño real al artista). Pero a veces la mera representación cruel exige sufrimiento: el del público. Ese sufrimiento no es un efecto indeseado del arte sino su objetivo.
 La crueldad contenida en una obra de arte, sea libro, performance o teatro, que ataca a su receptor, puede responder a provocar una reacción en él, romper su pasividad, hacerle reflexionar. Es una crueldad que pretende provocar un cambio. Pero hay formas de crueldad artística que no pretenden impulsar un cambio, sino todo lo contrario, que son una herramienta del status quo o, en todo caso, buscan un cambio previamente consensuado desde el poder.
Es lo que llamaríamos crueldad conformista, que suele llevar implícito un mensaje moralizante. Es cierto que la crueldad y la violencia también pueden ser conformistas.
Un uso conformista de la crueldad consiste en la absorción de los impulsos destructivos de un grupo para transformarlos en sublimación socialmente inoperante. La literatura y el cine están plagados de ejemplos (asesinos en serie, policías sádicos, psicópatas, violadores) son productos que sólo buscan entretenimiento, que es la meta de la mayor parte de la producción cultural actual.
Estar entretenido significa no sentir demasiado, ni para bien ni para mal. Son productos que buscan el consumo masivo y que utilizan un lenguaje que no es un signo “democrático” sino que está al servicio de la ideología impuesta por el mercado, poco interesada en transformaciones no tuteladas.
 La literatura (y el arte) se vuelve un juego seductor, cosa a la que habría poco que objetar – si no fuese porque deja de ser todo lo demás que puede ser -
En este marco de cultura liviana, incluso la violencia y la crueldad en la literatura, la mayoría de las veces están ahí para producirnos el cosquilleo que nuestras vidas ya no nos producen. Gracias a ellas, nos asomamos al horror pero con la seguridad de que no nos perseguirá al cerrar el libro. Refugiados en el sueño de la razón, abrimos la puerta a monstruos que no pueden hacernos daño, evitando a un tiempo la confrontación con aquellos que exigen nuestra reflexión, sustituyendo el horror real por la pesadilla, nos despojamos  de cualquier posibilidad de acción y aceptamos nuestra condición de espectadores.
La violencia y la crueldad tienen más fácil aceptación cuando son gratuitas, cuando su significado se agota en la mera narración, que cuando abogan por una moral distinta de la dominante; es decir, son aceptables cuando no empujan a una acción que hagan salir al sujeto de sí mismo, abandonando la contemplación.

La verdad conformista, no siempre desligada de la crueldad espectacular, es la que se utiliza como instrumento de sostén a la ideología dominante. Todos tenemos noticias de ella: La Inquisición española, la tortura de prisioneros en Irak, la violación de mujeres en la dictadura de Videla…
Todos los países conocen formas de crueldad usadas para preservar un determinado sistema de concepción de la sociedad que es considerada superior a otras. También la democracia admite un grado de crueldad que se considera aceptable porque contribuye a cohesionar la sociedad alrededor de ciertos valores, de ciertas creencias de orden político o religioso y que además aumentan la sensación de seguridad de dicha sociedad y que no se suelen justificar en términos políticos del poder ni en términos económicos de protección de la propiedad, sino en términos morales de erradicación del mal y de salvaguardar los valores. Y para dar cobertura ideológica al poder siempre ha estado la literatura y el arte propiciando obras de un gran valor -servidumbre y excelencia no son términos contradictorios – (arte religioso, la épica, etc). La narración épica siempre ha siso una herramienta de poder. Uno de los libros favoritos de Alejandro Magno era la Ilíada. Aldous Huxley escribió que las naciones eran, en gran medida, una creación de los poetas, refiriéndose a los nacionalismos del siglo XX.
Escribir para desvelar la violencia de ETA será premiado por las instituciones españolas mientras que novelar las nostalgias, los mitos y las aspiraciones del nacionalismo será apoyado por las instituciones vascas.
La épica crea un marco heroico para legitimar la violencia e incluso la crueldad, es la literatura que contrapone “nuestra crueldad” a aquella de quienes vienen de fuera, de los bárbaros, de los otros.
Y cuando la ideología que se propaga es de izquierdas o vagamente humanista, el libro funciona por un lado como producto: el lector se sitúa al lado de los buenos sin para ello tener que realizar acción alguna, por el otro, nos permite afirmar nuestros valores y nos exime de aplicarlos


Concha G. Arévalo

martes, 25 de febrero de 2020

INCAPACIDAD LABORAL


Todas las personas son iguales en dignidad
El respeto a la dignidad de las personas con discapacidad desde la perspectiva de los derechos humanos, implica reconocer un espacio en el que puedan asumir el poder sobre sus propias vidas y participar de forma plena en la vida política, económica, social y cultural de su comunidad, siempre desde la equiparación de oportunidades, que significa el proceso mediante el cual el sistema general de la sociedad es inclusivo para todos mediante la eliminación de barreras (mentales, sociales, físicas, cognitivas y de la comunicación, etc.) bajo los principios de accesibilidad universal, diseño para todos y ajustes razonables, entre otros.
Introducción al decálogo  del CERMI

 Decálogo del CERMI

Para nuestra próxima tertulia sobre INCAPACIDAD LABORAL,  gracias a nuestro compañero José María Pastor (Chema), estaremos acompañados en la presentación por D. Julio Santos Palacios, mediador en el Servicio de Mediación y Arbitraje Estatal,(SIMA).


Manolo Quero

lunes, 20 de enero de 2020

MIGRACIÓN


Sobre este problema, la organización Andalucía Acoge, en su MANIFIESTO, nos hace una serie de propuestas para poder encauzar y resolver los problemas que la migración padece. Dicho manifiesto podéis leerlo pinchando aquíaunque nosotros tendremos la suerte de tener como invitado a D. José Miguel Morales que es miembro -Secretaría General- de la Junta Directiva de la Federación de Andalucía Acoge, gracias a la colaboración de nuestra compañera Isabel Cano.
Isabel, en su propuesta de tertulia, nos plantea las siguientes dudas:
1.-  Qué sucede con esta problemática en nuestro país en la actualidad, en todo caso, rozando o relacionándola con el contexto europeo, cuando convenga. En concreto los contenidos pueden ser los siguientes:
a) Qué hay de la normativa española relacionada con la migración. Qué contradicciones se producen con otro tipo de normativas españolas.
b) Cuál es la realidad vivida por lo migrantes: lugares y situaciones de entrada, movimiento de migrantes, políticas seguidas por las autoridades, políticas de inclusión...
c) Qué contradicciones se producen entre lo normativo y las situaciones reales.
d) Qué cambios serían necesarios tanto en la normativa como en la realidad.

Ni que decir tiene que la "deriva" en el debate puede enriquecerlo incluyendo otro tipo de temáticas

Isabel Cano

jueves, 21 de noviembre de 2019

ALGUNOS APUNTES SOBRE LOS PROCESOS ELECTORALES



En la pasada sesión de la Copa Filo se acordó abordar el tema de los procesos electorales en el encuentro correspondiente al mes de diciembre. Como es norma, la persona que presenta la propuesta aprobada es también quien proporciona algún tipo de material audiovisual o escrito  que sirva  al debate por venir. En este caso, en consonancia con la naturaleza de la cuestión y las características de los miembros del Grupo, he considerado oportuno que pongamos en común nuestros análisis y posiciones sin la mediación de un recurso ajeno, y que  mi obligación de proponente quede reducida a compartir unas  breves anotaciones personales[1].
Cabe señalar que la presencia ciudadana en lo político no se circunscribe a los procesos electorales[2]. Junto a estos procedimientos indirectos existen dispositivos de participación directa, entre los que pueden citarse las manifestaciones, las concentraciones, los boicots, las huelgas de diverso tipo, etc.; si bien asistimos a un reduccionismo, y en ocasiones descalificación y criminalización de estos segundos medios[3], que circunscribe la participación política al depósito del voto a unos representantes. Por otra parte, conviene recordar que la posición que concibe la participación en estos procesos como eje fundamental de la democracia y/o  transformación social no está exenta de críticas e incluso rechazos[4].
Centrándonos en los procesos electorales en el Estado español, recogemos la crítica más generalizada a la Ley Orgánica del Régimen Electoral General: la falta de proporcionalidad entre votos y escaños y las dificultades de entrada a los partidos pequeños. Así, se da una representación abultada de las provincias menos pobladas y se propicia que los partidos que no alcancen el 15% de los votos queden excluidos cuando se distribuyen menos de 4 escaños. Se trata de una norma que favorece a los partidos grandes de ámbito nacional en detrimento de los pequeños; sin que los de consideración regionalista o nacionalista se vean afectados[5].
Por lo que se refiere al cuerpo electoral, la realidad de que alrededor de cinco millones de personas extranjeras que viven en España carezcan del derecho al sufragio permite visualizar la existencia de una ciudadanía de primera y otra de segunda[6].   Por otra parte, el debate sobre la disminución de la edad a los 16 años para poder ejercer el voto toma cada vez más cuerpo. La justificación principal de quienes lo defienden, que a esa edad se asumen responsabilidades de diverso tipo, no está exenta de lógica.   El reconocimiento de este derecho a mayores de 16 años (que supone la incorporación de un millón de electores) y a personas inmigrantes sería un avance hacia un sistema democrático más inclusivo[7].
Las relaciones entre los miembros de las candidaturas y el cuerpo electoral están mediadas por los partidos políticos. De esta forma la reducción de la pluralidad, los límites a la democracia interna, la concentración del poder y la oligarquización, la ocupación de espacios institucionales o el establecimiento de redes clientelares y de corrupción no pueden desvincularse de la desafección de la ciudadanía con respecto a estas organizaciones y del descrédito de lo político. A la urgente necesidad de eliminar está situación bien pudieran contribuir medidas encaminadas a la existencia de listas abiertas, la consideración de las personas elegidas como delegados más que como representantes,  la limitación de mandatos,  la desaparición de los aforamientos o  la revocabilidad de los elegidos.
El programa con que  los partidos concurren a las elecciones debiera leerse como base de compromiso con el electorado. Esta consideración, que implica cumplimiento, supone también el blindaje frente a los diversos poderes fácticos, presentes tanto en los tiempos de campaña electoral como en los  posteriores. Lo aseverado no debe entrar en colisión  con la búsqueda de acuerdos en escenarios, como el actual, que obligan al entendimiento entre fuerzas políticas, pero sí establecer líneas de demarcación basadas en la naturaleza de las partes[8]. Esto remite también al derecho que asiste al electorado a conocer durante la campaña electoral las disposiciones de pacto,  tanto en lo que se refiere con otras fuerzas políticas en liza como a los contenidos programáticos. El pronunciamiento no condicionado de las bases de las organizaciones afectadas deviene clave en la validación de lo que se acuerda o pacta y es un signo de calidad democrática.
En los procesos electorales, como grandes actos de comunicación y propaganda, el marketing político y las nuevas tecnologías han adquirido gran protagonismo. Se asiste a dinámicas donde la mercadotecnia y el asesoramiento por parte de miembros ajenos a la propia organización política en cuestión desplazan, ocultan o anulan el debate interno y la toma de decisiones compartidas, a la par que se potencia el “mercenarismo político”. Por otra parte, la expansión de las nuevas tecnologías facilita la interacción entre electores y electos. Sin embargo,  estos medios tecnológicos también pueden usarse de forma perversa, desde el amparo que permite el anonimato. Lo señalado, unido a la casi omnipresencia de los medias en los procesos electorales, contribuye al desarrollo de la política como espectáculo, donde los sentimientos y las emociones devienen dimensiones clave.
Como resultas de lo expuesto, y a modo de cierre,  quisiera anotar la imprescindible  apuesta por la información, la formación y la participación de la ciudadanía,  elementos fundamentales en el desarrollo de la inteligencia colectiva y en el fortalecimiento de la cooperación. Una sociedad informada, formada y participativa es garantía de la defensa y la profundización de la democracia.

 José Gil


[1] Se trata de apuntes  escritos con urgencia, que tienen voluntad de reflexión general sobre los procesos electorales y que no entran en  el tratamiento de la presente coyuntura.
[2] La Constitución española de 1978 contempla la Iniciativa Legislativa Popular, para la que se requieren quinientas mil firmas. Se trata, sin embargo, de un procedimiento carente de efectividad (desde 1982 se han iniciado 142 iniciativas, de las que 5 han sido tramitadas y sólo 2 se han aprobado).
[3] La referencia a la denominada Ley Mordaza es obligada.
[4] Este es el caso de los planteamientos anarquistas y libertarios, de honda tradición en España. Por otra parte, conviene traer a colación que a lo largo de la historia contemporánea se han ensayado distintas formas de  participación y organización, de las que dan cuenta, entre otras experiencias,  la Comuna de París, los Consejos Obreros y Soviets o, en nuestro país, el colectivismo autogestionario de la Revolución social de 1936.
[5] El bipartidismo y los diferentes acuerdos del PP o el PSOE con el PNV y Convergencia i Unió tienen aquí su anclaje.
[6] La Constitución Española niega este derecho, así en su artículo 13.2 señala: “Solamente los españoles serán titulares de los derechos reconocidos en el artículo 23”. En dicho artículo 23 es donde se reconoce el derecho de “los ciudadanos”  “a participar en los asuntos públicos, directamente o por medio de representantes, libremente elegidos en elecciones periódicas por sufragio universal”.
[7] En el haber de las modificaciones de la normativa electoral se incluye el reciente reconocimiento del derecho al voto de las personas con discapacidad (unas cien mil).
[8] Puede que la desatención de este principio por parte de Ciudadanos en diversas Comunidades Autónomas y Ayuntamientos haya contribuido a su resultado en las pasadas elecciones generales.


martes, 15 de octubre de 2019

USO Y ABUSO DE LOS ESPACIOS PÚBLICOS


Colegas de la Copa-Filo:
Como no pude estar en la Copa-Filo de Septiembre,  y elegisteis este tema propuesto por mí hace algún tiempo,  a ver si por escrito os digo la idea que yo tenía y que no pude matizar…
No creo que este asunto sea un “tema teórico”, sino un problema vivencial sobre el que tener una sincera puesta en común de lo que vemos, hacemos o sufrimos en esta sociedad en la que estamos. Creo que se trata de VER esa realidad compleja, JUZGARLA entre todos con comprensión de las diversas posturas, y señalar pistas de ACTUACIÓN realista a nuestro nivel personal, colectivo e institucional…
Hoy todo el mundo invoca la “LIBERTAD DE EXPRESIÓN” como si fueran un conjunto de “derechos intocables” y, a la vez, el derecho a no ser molestados, impedidos, coartados, recortados, etc. por las libertades que tienen o se toman los otros. ¿Cómo armonizar unas y otras posturas? ¿Hasta dónde llega la “democracia”, tantas veces confundida con la “memocracia”? ¿Hasta dónde el recurso a la historia o al ejemplo de otros pueblos?
Veamos algunas situaciones donde este enfrentamiento se produce:
* Manifestaciones masivas “tradicionales”:  Ferias y Fiestas, Procesiones, etc.
* Manifestaciones  en luchas obreras, con cortes de carreteras, puentes, etc. por los que circulan ciudadanos no interesados…
* Huelgas en servicios públicos: transporte, limpieza, agua, electricidad, etc.
* Manifestaciones “civiles”, p.ej. :
*el caso Hong-Kong;
*las “chalecos amarillos” en Francia;
*manifestaciones independentistas o anti independentistas en Cataluña;
*protestas por decisiones judiciales (p.ej. “presos políticos o políticos presos”; condenas,  desahucios…)
*presiones masivas ante sedes de organismos;
*protestas juveniles ante el calentamiento global;
* o también para usos lúdicos, culturales...
ETC.ETC.
Cuando todo se produce en proporciones soportables, invocamos nuestra paciencia, aguante, respeto o incluso apoyo, pero cuando sus proporciones de alguna manera nos perjudican, nos rebelamos. 
Por tanto, esto no puede ser un trabajo sobre legislación o ética en defensa de la libertad de expresión de personas y grupos ni tampoco sobre las competencias, utilizadas o no por las autoridades competentes para encauzar o prohibir determinados usos del espacio público
Se trata de reflexionar desde nuestro diálogo, siempre crítico, respetuoso y fundamentado, sobre el USO Y/O ABUSO DE LOS  ESPACIOS PÚBLICOS (calles, plazas, puentes, zonas junto a viviendas, etc.etc.) recordando lo que pasa al respecto a nuestro alrededor, lo veamos más o menos llamativo, acostumbrado, chocante, etc. insistiendo en las prácticas que expresan libertad legítima pero pueden perjudicar otros niveles ciudadanos…
- Y ¡atención especial a los HORARIOS DE RUIDOS, recogidos al parecer en las Ordenanzas respectivas, pero desatendidos por todos!
¿POR DÓNDE TIRAR? DAGIALOGUEMOS, PUES.
Y si  lo vemos factible, hagamos llegar nuestras conclusiones a los que puedan y deban hacer algo al respecto.
Gracias por vuestra paciencia y comprensión.
Enrique Robles

jueves, 12 de septiembre de 2019

Privacidad y 5G


En nuestra próxima tertulia “Privacidad y 5G” nos plantearemos, de entrada, dos incógnitas: La privacidad, asociada con nuestra intimidad, y 5G, asociada a la tecnología.
Sobre la primera, si no nos consideramos vanidosos, podemos ver que no hay nada nuevo desde la popularización de las comunicaciones. Por no alargarnos mucho, y simplificando desde el "morse", siempre ha intervenido, mínimo, una tercera persona en nuestras comunicaciones.  O bien ha sido el telegrafista, la operadora, o el ingeniero en telecomunicación, la cuestión es que sin la ayuda de estos profesionales, nunca, repito, nunca hubiésemos podido establecer los contactos.
Es evidente que si necesitamos de alguien para poder comunicarnos, estamos facilitándole la posibilidad de ser escuchados. Pero, ¿realmente les puede interesar a estos profesionales nuestras conversaciones? Si consideramos que son millones de conexiones continuamente ¿por qué vamos a ser espiados? ¡Claro!, siempre habrá intereses en conocer los movimientos y datos de las personas influyentes, seguro que ellas sí son controladas, pero seguro que también lo saben. Salvo algún accidente, podemos seguir desarrollando de forma normal nuestra vida.

Y sobre la segunda, 5G u otra señal de radio, tanto si la consideremos o no, estamos tan familiarizados con ella que pasa desapercibida. Veamos algunos ejemplos:
Para empezar quiero destacar el término “ancho de banda”. Aunque suene muy técnico todos estamos familiarizados con él porque nuestras radios tiene onda media (AM) y frecuencia modulada (FM). Dos frecuencias que aun trabajando a la vez, no se interfieren. Esto qué quiere decir: Pues que con estudios recientes, se ha demostrado que las ondas de nuestro cerebro oscilan hasta cerca de 50Hz.
Y ahora qué. Pues recordemos que la corriente eléctrica de nuestras casas oscila a 50Hz, que en la mayoría de los hogares tenemos micro-ondas, ruter con nuestra propia red wifi para el ordenador, la impresora o la tv.; nuestros móviles de 2G, 3G ó 4G; los mandos a distancia del coche o del garaje; el teléfono fijo sin hilos; el control remoto de los juguetes de nuestros hijos o nietos y todo el espectro radiofónico que entra por el éter. Todas ellas, bandas de radio-frecuencia (RF) que, como dijimos, no se interfieren entre si.
Visto así, desde que nacemos y hasta que morimos, estamos rodeados de frecuencias electromagnéticas que nos ayudan a hacer más grata y comunicativa nuestras vidas.
Si son miedos lo que nos invade, en nuestra próxima tertulia trataremos de exponerlos y disiparlos.
Manolo Quero